El Cristo de Medinaceli
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Existe en la
capital española un Cristo cautivo que es conocido popularmente como el Cristo
de Medinaceli, esta imagen pertenece a la Archicofradía
Primaria Nacional de la Real e Ilustre Escalvitud de Nuestro Padre Jesús
Nazareno de Medinaceli.
La figura de este cristo es
fundamental para la Historia del Arte Español ya que es el iniciador de la
iconografía del Cautivo tal y como lo conocemos ahora. Para estudiar los elementos
de esta creación iconográfica totalmente española en la representación de la
figura de Cristo, tenemos que tomar en cuenta diversos elementos, de cómo
evoluciona y se crea esta iconografía.
En primer lugar hay que
mencionar que el Cautivo iconográficamente tiene sus orígenes en el Ecce Homo,
tomando su referencia bíblica en el pasaje cuando es presentado al pueblo por
Pilato (Juan 19, 4) tras la flagelación y la coronación de espinas.
Tradicionalmente los Ecce Homo se les representa con el torso desnudo para
mostrar las heridas de la flagelación y maniatado.
El elemento evolutivo de transición del Ecce Homo al Cautivo, es el hecho de presentar al redentor totalmente vestido. Otro elemento que define al Cautivo es el escapulario trinitario, pero el porqué de ello viene dado del hecho que los Trinitarios ponían un escapulario con el escudo de su corporación a aquellos cautivos que rescataban de los musulmanes... y esto se mezcla con la historia propia del Cristo de Medinaceli, que relatamos más abajo.
El elemento evolutivo de transición del Ecce Homo al Cautivo, es el hecho de presentar al redentor totalmente vestido. Otro elemento que define al Cautivo es el escapulario trinitario, pero el porqué de ello viene dado del hecho que los Trinitarios ponían un escapulario con el escudo de su corporación a aquellos cautivos que rescataban de los musulmanes... y esto se mezcla con la historia propia del Cristo de Medinaceli, que relatamos más abajo.
También es de mencionar el
dato interesante de esta figura que siempre ha aparecido con la nomenclatura de
«Nazareno». Siendo como se expone más abajo de origen sevillano, se entiende
por nazareno en la escuela sevillana a la figura de Cristo que porta la cruz*
al hombro camino del Calvario. Como todos los cristos nazarenos de la época que
no son de bulto redondo sino de vestir, estas imágenes son articuladas para una
más fácil posibilidad de vestirlo, y para tener la opción de poderlo poner «cautivo»
para los besamanos.
A continuación relato la interesantísima historia de este Cristo, que a la vez
que se combina con elementos de leyenda.
Felipe
III continúa la política de expansión estipulada por los Reyes Católicos con la
lucha en el Mediterráneo ante el peligro de los piratas berberiscos; de este
modo se conquistaron las plazas de Larache (San Antonio de Alarache) en 1610, y
Mehdia o Mámora (San Miguel de la Mámora o San Miguel de Ultramar) en 1614;
ambas plazas en el norte de África y pertenecientes al Reino de Fez (actual
Marruecos).
Para el consuelo espiritual de
los soldados allí situados, una de las mezquitas es transformada en templo
cristiano, estando este regentado por los Capuchinos. Es ésta comunidad de
frailes la que encarga una imagen de un nazareno en Sevilla para trasladarla a
la plaza de la Mámora; pudiendo establecerse que saliera del taller o un
discípulo de Juan de Mesa, poniéndolo algunos autores cercano al círculo de
Luis de la Peña o Francisco de Ocampo. El traslado de la imagen a la plaza
africana estuvo a cargo de Fray Francisco Guerra, y el Obispo de Cádiz que era
el que tenía jurisprudencia en San Miguel de Ultramar. Hay constancia
documentada de que en el año 1681 la imagen era venerada en la referida plaza.
Fue el 30 de abril de 1681
cuando Mámora cayó en manos de Musley Ismael y su ejército, pasando la imagen
del Nazareno al botín del saqueo de la ciudad siendo llevada a la ciudad de
Mequínez*. Y es aquí donde la historia se mezcla con la leyenda pues cuentan
que ante el odio de los moros para los cristianos, el rey Muley Ismael mandó
arrastrar por las calles de Mequínez la imagen del cristo, y no contento con
este agravio también la echó a los leones para que la destrozaran.
Fr. Pedro de
los Ángeles, religioso Trinitario Descalzo, estaba en la ciudad e intervino
para el rescate de la imagen, (hay que recordar que los trinitarios se
encargaban en aquella época del rescate de los cautivos cristianos apresados
por los musulmanes, al igual que del rescate de objetos sagrados)
contando la leyenda que el rey permitió que custodiara la imagen hasta que
reuniera el dinero para su rescate, amenazándole que, de no hacerlo así, lo
quemaría a él y a la imagen. Fray Miguel de Jesús, Fray Juan de la Visitación y
Fray Martín de la Resurrección se encargaron del rescate, acordando con el rey
Musley Ismael pagar su peso en oro, equilibrándose la balanza con 30 monedas de
oro, el mismo precio que pagó Judas por el redentor.
Leyenda o no, el caso es que
hay un relato de D. Francisco de Sandoval y Roxas, que junto con D. Antonio
Correa-Hidalgo, natural de Ceuta, el capitán de infantería D. Domingo Grande de
los Coelos y D. Lucas de Zúñiga se comprometieron a aportar el dinero para el
rescate; que no fue solo para la imagen del Cristo de Medinaceli, sino para 16
otras imágenes además, las cuales se embalaron y enviaron Tetuán, y de allí a
Ceuta, donde tuvieron entrada en procesión con una gran multitud de fieles el
28 de Enero de 1682, llevándolas al Real Convento de los Padres Trinitarios
Descalzos. Consta que la primera advocación popular con la que fue invocada la
imagen del Cristo tras los sucesos de Mequínez fue la de «Jesús del Rescate».
Después de una breve estancia en Ceuta, pero adquiriendo gran devoción en la ciudad
la imagen (prueba de ello es que años después los Padres Trinitarios
adquirieron una imagen para su convento con el nombre de «Jesús Nazareno
Cautivo y Rescatado», manteniéndose su culto hasta nuestros días, existiendo en
la actualidad una cofradía que procesiona en Semana Santa), la imagen es
trasladada a Gibraltar, de allí a Sevilla pasando luego a Madrid en Agosto de
1682.
Cuatro años más tarde, ya en
el convento de los Trinitarios de Madrid, los Duques de Medinaceli conceden
como limosna el solar para construir la capilla para N. P. Jesús Nazareno del
Rescate, y otra en 1716, de un nuevo terreno para su ampliación. Allí
permaneció la imagen hasta 1810, que por el decreto de supresión de todas las órdenes
religiosas publicado por José Bonaparte, la imagen pasa a la Iglesia Parroquial
de San Martín. Mas vicisitudes pasa la imagen, ya que en 1814 vuelve a su
iglesia trinitaria, pero por la desamortización de Mendizábal el 16 de marzo de
1836 queda suprimida nuevamente la comunidad de Trinitarios. A requerimiento de
la real e ilustre Esclavitud de N. P. Jesús se traslada la imagen de Jesús a la
parroquia de San Sebastián de la Villa de Madrid, permaneciendo en este otro
templo por 9 años, hasta que en Diciembre de 1845, por mediación del Duque de
Medinaceli y las religiosas Concepcionistas de Caballero de Gracia que
estaban en ese momento establecidas en el antiguo convento Trinitario, solicita
al Ministro de Gracia y Justicia el que vuelva la imagen a su antigua capilla;
estando el convento regentado sucesivamente hasta 1895 por esas religiosas,
Agustinas y Carmelitas de Santa Ana.
En esos
años, el culto al Jesús Nazareno del Rescate va decayendo. Ante esta situación
los Duques de Medinaceli, junto con el Obispo de Madrid, deciden poner al
frente y de la iglesia de Jesús Nazareno a los Padres Capuchinos, pasando a su
custodia en 1895, efectuándose a partir de entonces un cambio en el corazón de
los madrileños y retomar la devoción de antes la imagen.
Ya en la nueva centuria y con
los acontecimientos de la Guerra Civil vuelven los traslados de la imagen, esta
vez por razones de seguridad, ante la oleada comunista de quema de iglesias y
conventos. Al inicio de la guerra, el 13 de Marzo de 1936 se presentó en el
templo un grupo de revolucionarios con la intención de destruir la imagen; los
frailes ayudados por vecinos y devotos esconden la imagen del Cristo envuelta en
sábanas, en una caja entre los escombros del sótano. En
Febrero de 1937, los soldados republicanos alojados en el convento encontraron
la imagen, siendo recogida por miembros de la Junta y del Tesoro Artístico
pasando a formar parte de la «Caravana del Tesoro Artístico», estando luego
relocalizada en Valencia, Castillo de Perelada, Pueblo de Ceret (Francia) y por
último Ginebra.
Acabada la Guerra se recupera
el "Tesoro", Don Fernando Álvarez de Sotomayor, representante del
nuevo Gobierno español, consiguió que la imagen del Cristo saliera de Ginebra
el día 10 de mayo de 1939 y con la ayuda del Sr. Obispo de Madrid-Alcalá y el
Provincial de los Capuchinos, se realizan los preparativos para el traslado de
la imagen a Madrid; siendo recibida la imagen con honores militares en la
estación de ferrocarril de Pozuelo de Alarcón, haciéndose cargo de la imagen la
Junta de la Real Esclavitud, llevándola a Madrid, momentáneamente al monasterio
de la Encarnación. El 14 de mayo de 1939, tras una procesión por el centro de
Madrid, llega N. P. Jesús «Rescatado» a su Iglesia del Convento de los P.P.
Capuchinos de la Plaza de Jesús, hoy en día nombrada Basílica por el Papa Pablo
VI (1 de Septiembre de 1973).
Tras la extensa historia de
esta imagen, podemos ver las numerables ocasiones en las que ha sido «cautivo y
rescatado», mezclándose la historia con la leyenda. Lo importante de todo esto
es que la imagen ha contado con mucha devoción a través de la historia, y la
expansión de la iconografía de esta imagen se debe a que la Orden Trinitaria
que se dedicaba a la redención de cautivos, dispuso que una imagen de este
modelo iconográfico se expusiera al culto en todos los conventos trinitarios, extendiéndose
esta iconografía por toda la geografía española e hispanoamericana.
*(En la bibliografía consultada en ningún lugar menciona que este Cristo portara una cruz como nazareno, pero es lógico pensar que por su particular historia la cruz se perdiera en su traslado a Mequínez y al estar cautivo por los moros perdiera su «connotación» de nazareno para ser desde entonces solo Cautivo).
Cronología
de los traslados del Cristo de Medinaceli
·
Primer
tercio del S. XVII, sale de un taller sevillano de escultura próximo al círculo
de Juan de Mesa.
·
Posterior
a 1614, Fray Francisco Guerra, y el Obispo de Cádiz, trasladan la imagen a la
Mámora en el norte de África.
·
1681,
el rey Musley Ismael traslada la imagen a Mequínez como botín de guerra tras la
toma de la Mámora.
·
1682,
es trasladada tras su rescate a Tetuán.
·
1682,
28 de Enero. Pasa al Real Convento de los Padres Trinitarios Descalzos de
Ceuta.
·
1682,
es llevada a Gibraltar.
·
1682,
es llevada a su ciudad natal, Sevilla.
·
1682,
Agosto. Es depositada en el convento de los Trinitarios de Madrid.
·
1810.
Por el decreto de suspensión de órdenes religiosas de «Pepe Botella», pasa a la
Parroquia de San Martín.
·
1814.
Vuelve al convento de los Trinitarios de Madrid.
·
1836.
Desamortización de Mendizabla, supresión otra vez de las órdenes religiosas se
traslada la imagen a la parroquia de San Sebastián de la Villa de Madrid.
·
1845.
Por mediación del Duque de Medinaceli pasa de nuevo al convento Trinitario,
estando ahora regido por las religiosas Concepcionistas de Caballero de
Gracia.
·
1937.
Pasa a Valencia (al Colegio del Patriarca) formando parte de la
"Caravana del Tesoro Artístico" protegido por la Junta y del Tesoro
Artístico
·
1938.
Es situado en el Castillo de Perelada, Gerona (cerca de la frontera francesa)
·
1939.
Ceret, Francia
·
1939,
12 de Febrero. Llega Ginebra, Suiza.
·
1939.
Breve estancia en el Monasterio de la Encarnación
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