Videojuegos, libertades y moralidad.
En
estos últimos días ha saltado a la palestra informativa un polémico videojuego
cuyo fin es la matanza de cofrades de dos señeras hermandades sevillanas.
Sevilla, y con razón, ha puesto el grito en el cielo ante semejante atrocidad
virtual.
De inmediato hemos leído en todos los medios informativos las más diversas
interpretaciones del hecho; los recursos legales, la subjetividad del caso, las
comparaciones con otras agresiones sociales en la que quedan impunes
criminales, y un largo etc en la que con un número áureo se trata de sacar la
cuadratura del círculo en identificar la raíz misma social de estos
acontecimientos.
Tratando de analizar estos hechos lo primero que viene a la mente es la
distinción del concepto de libertades, y la línea tan fina de la trasgresión.
Tienes libertad de expresión, de asociación, religiosa etc… pero no todos
entienden las bases de esas libertades. Y es bajo ese concepto en el que todo
el mundo basa el germen del problema cuando encontramos casos como el que nos ocupa
ahora; …estas pisando mi terreno y cuando pasas esa línea y restringes mis
libertades incurres en delito… pero esa no es «la madre del cordero», de
esa forma solo se está rascando la superficie… el problema es mucho más
profundo.
Hoy por hoy, están en constante denuncia el incremento de la violencia en
nuestra sociedad, los destrozos urbanos de «la movida», el incremento de
enfermedades venéreas, los embarazos no deseados y los asesinatos en el útero,
el incremento de la pornografía, la falta de respeto de la juventud… y así podríamos
seguir con un largo etc; y todos estos problemas tienen un denominador común.
Desde hace dos centurias, gradualmente venimos observando una seglarización de
la sociedad, tan oprimida estuvo en el pasado con abusos que cuando se abrió la
mano y se separan los tres poderes del estado (mis queridos niños de la LOGSE,
ejecutivo, judicial y legislativo) también vino con él la separación del poder eclesiástico
resultando en un anticlericalismo galopante y un rechazo a todo lo que «oliera»
a iglesia, y con ello una desvirtualización de los valores morales… por más que
nos digan que éramos la reserva espiritual de occidente…
Con una sociedad con carencia de valores morales, es fácil encontrar todos esos
abusos. Una persona con alto sentido moral, que sabe distinguir lo que está
bien de lo que está mal, y escucha esa vocecita de la conciencia que te dice no
te metas por ese camino, jamás pasa la línea de las libertades sociales o
personales. En una palabra, con una moralidad cristiana, siguiendo el camino
que nos pusieron hace 2000 años jamás se darían todos estos casos.
Seguramente ese señor que diseñó el videojuego carece de estos precedentes morales; me dirá, en ese juego no se mata a nadie, son solo nazarenos virtuales; pero… el «no matarás» no implica solamente la acción física de sesgar una vida, también se mata la reputación de una persona con calumnias e injurias; los bulos, los chismes, la crítica destructiva también son formas de asesinato; también se mata el espíritu de nuestra Semana Santa y hermandades con las desvirtualización de los valores de ella, con la mofa de los valores cristianos… hay muchas formas de matar.
Seguramente ese señor que diseñó el videojuego carece de estos precedentes morales; me dirá, en ese juego no se mata a nadie, son solo nazarenos virtuales; pero… el «no matarás» no implica solamente la acción física de sesgar una vida, también se mata la reputación de una persona con calumnias e injurias; los bulos, los chismes, la crítica destructiva también son formas de asesinato; también se mata el espíritu de nuestra Semana Santa y hermandades con las desvirtualización de los valores de ella, con la mofa de los valores cristianos… hay muchas formas de matar.
Sin duda esa falta de moralidad de nuestro «diseñador cofrade» que intentaba comercializar
el jueguecito, la podemos ver patente en muchas formas; el intentar llenarte
los bolsillo sin importarte los medios y forma en que hacerlo, sin pensar en
las consecuencias… ¿no es eso amoral?
Después de reflexionar, te preguntas: ¿es ésta una cuestión de territorialidad
legal o de moralidad?
La falta de moralidad nos lleva a una permisividad
en nombre de la libertad, y es fácil de encontrar como sectores «liberales» de
la sociedad, tratan de venderte el burro pintado echándole la culpa de estos
excesos a la influencia negativa de la TV, la violencia de los videojuegos, el
exceso de información etc… ¿No creen que más bien es una falta de formación
religiosa, de conciencia…? Dejo la pregunta en el aire, ustedes mismos podrán
responderla.
© C. R. Worth. Cape
Coral, Florida. USA.
27- XI- 2002
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