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Thursday, September 8, 2011

Ofelia Nieto

Ofelia Nieto en la Glorieta de Julián Besteiro

Cerca de mi casa en un parque maltrecho y abandonado que linda con la calle Juan Antonio Cavestany, en la Glorieta Julián Besteiro, se encuentra un solitario busto que reza “Ofelia Nieto”, sin fechas, ni dedicatoria, y ya con ciertos síntomas de vandalismo.  Dada mi naturaleza curiosa, lo primero que me pregunté era la identidad de esta señora, ya que es el único monumento existente en dicho parque y zona de Sevilla. Lo primero que me vino a la mente es que sería alguien de la cuerda ideológica de la Junta y Ayuntamiento Sevillano, y que la conocerían en su casa a la hora de comer… Me puse a investigar, y cual mi sorpresa que en los primeros escarceos investigativos, encuentro a una tal Ofelia Nieto, cantante lírica de principios del siglo XX, y cuya única relación con Sevilla es que se casó con un procurador sevillano…


Paseando por el Parque de María Luisa observé que había una glorieta también dedicada a dicha cantante, y ya me dedique a buscar más información sobre este personaje con dos monumentos en Sevilla.


Ofelia Nieto, Algete 1898 - Madrid 1931 (1), fue una de las grandes voces líricas españolas, esta soprano, de meteórica carrera, ya que estuvo activa de 1914 a 1928, cosechó éxitos en el mundo entero, cantando en los mejores teatros de ópera, como la Scala de Milan, el Teatro Real de Madrid o distintas plazas americanas con las mejores voces del momento.  Estrenó las zarzuelas Maruxa en su debut en 1914, La Llama en 1915,  El Rayo de Luna en 1916, las óperas El Avapiés en 1918, y Amaya en 1920, y ese mismo año la transformación en Opera de la zarzuela Bohemios, El Caminante en 1921, y  La leyenda del beso en 1924, así como interpretó numerosas zarzuelas y óperas y recitales, muchos de estos últimos con su hermana la también cantante lírica Angeles Otein (Nieto escrito al revés). 


Desde que se inauguró el Teatro San Fernando en 1847, Sevilla fue una de las plazas operísticas mas importante del mundo, y según el estudioso del tema J. Antonio Bertomeu, “Sevilla se convierte en la segunda capital de la ópera europea, tras la hegemónica Londres”.  Esta plaza tan importante se convirtió en uno de los lugares favoritos de Ofelia para cantar, cantando en el teatro sevillano todos los años hasta que se retiró. Gran amiga de la Condesa de Lebrija, puso su voz para todos los conciertos benéficos que organizaba la citada noble, siendo a la vez benefactora junto a la condesa del Sanatorio de El Tomillar en Dos Hermanas que inauguró en 1920 la Reina Victoria Eugenia.


En 1928 se casó en Burgos con el procurador sevillano Felipe Cubas Albernis (2), ella tenía 29 y el 50, retirándose de su carrera artística tras la boda. Tuvieron una hija, que no sobrevivió falleciendo un mes después, y Ofelia nos dejó prematuramente en 1931.
 Glorieta de Ofelia Nieto en el Parque de María Luisa


Siendo un personaje tan conocido en la época, que destacó por su talento artístico y especialmente por sus obras de caridad entre los más desfavorecidos de Sevilla, el ayuntamiento de Sevilla apenas 20 dias después de su fallecimiento, se acordó por el pleno municipal erigir en su memoria una glorieta en el Parque de Maria Luisa, inaugurándose en Junio de 1935. Este monumento, proyectado por el arquitecto Juan Talavera Heredia, presenta una hornacina con un azulejo pintado por Juan Miguel Sánchez y realizado en la Fábrica Cerámica de Nuestra Señora de la O de Triana, en el que se representa a Ofelia en el centro ataviada como el personaje Elvira de la Ópera de Verdi Ernani, y a su lado unas representaciones alegóricas de la música y el canto.  Como dato anecdótico mencionar que Ofelia porta una rosa, y hay una leyenda sevillana asociada con esta rosa ya que toda doncella que la toque, se casa en menos de un año.

En la glorieta también se ven distintos azulejos con nombres de compositores, zarzuelas y óperas que interpretó la cantante en su vida.

El otro monumento, el destartalado busto, es un regalo de la Xunta de Galicia a la ciudad de Sevilla por el centenario del nacimiento de la artista, y se inauguró el 12 de Octubre del año 2000, siendo obra de Enrique Velasco.  También es de mencionar, que la sobrina de la artista, Marimi del Pozo, ofreció a la sección de Parques y Jardines del ayuntamiento sevillano, la lápida de la artista para ponerla en dicho monumento, ya que por obras en el cementerio de la Almudena donde está enterrada la soprano, la citada lápida, obra de Blanes, llegó a su poder, estando en el jardín de su casa. Este ofrecimiento que hizo en el 2010 a la delegada Eva Patricia Bueno, todavía no ha recibido una respuesta… una pena porque con la colocación de la lápida, y adecentamiento de la zona se podría reivindicar la buena memoria histórica de Sevilla con uno de esos sevillanos adoptivos que tanto hicieron por la ciudad.
 



(1) En muchas biografías aparece como natural de Santiago de Compostela, pero en este enlace  pueden ver una transcripción de la partida de nacimiento en Algete. De todas formas, Ofelia, de familia gallega, se sentía más gallega que madrileña. http://acebo.pntic.mec.es/~malcoben/Ofelia.htm



(2) Felipe Cubas donó a la Hermandad del Valle la Peana de plata sobre la que hace estación de penitencia la Virgen, por expreso deseo de su esposa y que no pudo ver realizado en vida.


Tuesday, February 1, 2011

La torre que llora. Oda por Santa Catalina.




     A mis plantas hay palmeras, y pronto naranjos en flor y, claveles, lirios morados, gladiolos o rosas de fragante olor adornado bellas andas que se pondrán con primor, y a su paso rachearán a mis pies en una semana sin parangón; y el humo del incienso subirá a mi campanar, pero no es este el que me hace llorar, sino la desidia y abandono del que me quiere mal.
     Mi lamento hace mis muros agrietar, y desconchones como lepra son mi constante descarnar... ¿es por eso, sevillano, que a mí no te quieres acercar? Muero cada día y nadie me quiere escuchar, y mi torre a los cuatro vientos lo quiere pregonar, pero esta muda porque no la dejan repicar. ¿No hay nadie que oiga esta plegaria en esta ciudad?
     Pero Santa Catalina no está sola en su penar, y de torre en torre se escucha un susurrar, son sus primas y sus hermanas que no le dejan de hablar, y le dan ánimos y le cuentan historias, de pasados y viejas glorias, de restauraciones sin par: -.Se paciente, cinco años tardaron en terminarme de arreglar.- le dice la Colegial, pero la Señá Santana, que es vieja y sabia, y sabe también del restaurar le responde desde su torre, -.Salvador, fueron cinco años sin parar, te picaron y enfoscaron, te pintaron y te solaron, pero a Catalina en seis años no le han hecho na.-  y la altanera torre de San Pedro le dice a la Señá, -.no es cierto Anita, que yo he visto sus techos labrar.-  y las siamesas torres de San Idelfonso le contestan a la par -.Eso fue como ponerle una tirita a una herida visceral, dicen que cuatro millones de euros costaba el enmendar, y se han gastado menos de un cuarto... ya verás, sin costuras ni grapas las tripas se saldrán.- y San Román le dice desde su campanar, -.No le digas esas cosas a mi hermana, que bastante sufrimiento tiene ya. Tu sabes Catalina, que mi casa tu casa es, y que tu Hermandad en mi casa está, se optimista, porque nuevos vientos y el agua de mayo lleno de esperanza está, y puede que muy pronto las cosas cambiarán. Dime mi niña, ¿cuál es tu más hondo penar?-
    Catalina habló, y se hizo un silencio sepulcral, las campanas que hablaban entre ellas dejaron de repicar, como hacían antaño al ángelus al compás, las otras torres solo habían visto a Santa Catalina llorar, pero ahora todas mudas escuchaban su lacerioso penar:
     «Ya nadie visita mis entrañas, ni se paran a rezar, mis altares están desvalijados, y sus imágenes ya no están, el polvo, las ratas y la carcoma a sus anchas están, no hay cera que me alumbre, ni olores a incienso y azahar; no hay damascos, ni tafetanes, sedas u oropel, mis galas ahora son el moho, la telaraña y el excremento del ciempiés. No me mal interpretéis, yo no quiero galas, aunque el amor de mis feligreses me hicieron hermosa por seis siglos; siento vacía mi alma porque no cumplo la función para la que me crearon, ya no hay bautizos, bodas o sepelios en mi interior, soy edificio, pero no casa de Dios.  Lloro porque Sevilla me quiere olvidar, porque mis parroquianos ya no están, porque mis vecinos pasan sin mirar, porque la mocita de veinte abriles que vi bautizar hace cuatro lustros en mi interior, no puede casarse en mis entrañas como siempre ella soñó, porque mis hermanos de la Exaltación no juran reglas, o hacen cabildos en mi interior. Y ahora que la cuaresma se acerca, mi agonía es mayor, no hay Quinario en febrero, ni pasos que se monten con primoroso amor, nadie me visitará de domingo a domingo, de Palmas a Resurrección, y el Jueves ni sones de cornetas y tambores, saetas o clamor. Silencio es lo que me espera, silencio y desamor."
    Y la torre más alta, y más esbelta que todo escuchó, de esta manera habló: -.Te daría las azucenas de mis luminarias si eso calmara tu dolor, y mi campana de la esquina, que lleva tu nombre, haría repicar con estupor, y cuando despierten en Palacio, y vean a la Fe apuntando en tu dirección,  y Santa Catalina cantando sin cesar su lastimero son, quizá la mitra y el báculo se pongan en acción. Pero no te engañes reina mía, que los de la Casa Consistorial hacen oídos sordos al más estruendoso repicar, te has de llamar Abenamar, para que te quieran arreglar, o gitana y mora para que escuchen tu cantar, que no les basta ser Mudéjar y Monumento Nacional.-
      Seis años de continua tortura Santa Catalina en la rueda está, y en silencio y agonía, la torre no deja de llorar. Hoy miro tu bella cara y como rimel corrido, dos tizones maquillan tu hermosura, como mujer trasnochada, en una eterna noche que lleva ya más de dosmil días. ¿Para cuándo tu despertar, que te laven la cara y mires a Sevilla recién peiná? Eso solo lo sabe una dolorosa despojada de su hogar, que llora afligida de dolor y más que nunca hace honor a su advocación, Lágrimas.

 ©  C. R. Worth. 1-II-2011