La Catedral está cerrada
¿Se imagina usted que
cualquier día de la Semana Santa, pongamos el Miércoles, nuestras hermandades
vayan a la catedral en estación de penitencia y los canónigos le den con las
puertas en las narices? ...impensable, ¿verdad? Pues eso ha sucedido, y con
frecuencia en la historia de la Semana Santa de Sevilla.
Antes de empezar a
enumerar las ocasiones en las que las cofradías tuvieron que darse la vuelta
por encontrase la catedral cerrada, es preciso explicar un poco sobre la
liturgia en los días de Semana Santa en la catedral.
No voy a explicar los
pormenores litúrgicos de la Semana Santa, con la procesión de las Palmas del
Domingo de Ramos o el lavatorio de los pies del Jueves Santo... sino a lo que
me voy a referir es a la solemnidad de esta liturgia.
Estas
son Misas Solemnes que siguen la misma ceremonia para el canto o recitación de
la pasión (que constituye la lectura del evangelio para la misa). En estos
Oficios de la Semana Santa, los miércoles se celebra el «Tenebrae» cuyo ritual más
notable es que tras proclamar la lectura de las Lamentaciones de Jeremías, se
apaga gradualmente, mientras avanza el rito, las quince velas en el Túmulo de
Tinieblas. Al fin del Benedictus de los laudes sólo queda encendida la vela
superior, representando a Jesucristo, para ser retirada posteriormente y
escondida tras el altar mientras se canta el Miserere. Esa ceremonia del
Tenebrae, o las tinieblas, se entona en la noche del miércoles, jueves y
viernes, con antífonas y lecturas propias que varían cada día.
Con
referencia al Miserere, diremos que el Miserere de Hilarión de Eslava, fue
compuesto en 1835, y desde esa fecha (año en que fue nombrado Eslava Maestro de
Capilla de la catedral hispalense) se interpretó ininterrumpidamente hasta
1945.
Aquellos que no estén familiarizados con el "Bel Canto" (italiano para canto hermoso), o la música clásica en general, seguramente pensarán que Miserere solo hay uno compuesto por Eslava, y relacionado exclusivamente con la Catedral de Sevilla. No pueden estar más equivocados.
Aquellos que no estén familiarizados con el "Bel Canto" (italiano para canto hermoso), o la música clásica en general, seguramente pensarán que Miserere solo hay uno compuesto por Eslava, y relacionado exclusivamente con la Catedral de Sevilla. No pueden estar más equivocados.
El Miserere (salmo 50 de
la Vulgata/51 del Hebrea) desde la antigüedad formaba parte de la liturgia del Miércoles
Santo, como hemos visto más arriba, y se usaba como clímax en el dramático
Tenebrae; y al ser un salmo, era cantado... Hacia 1514, siendo Papa Leon X (un
Medici, benefactor de las artes en general), empieza a generalizarse el
Miserere cantado en «falsobordone»1, en donde se alternaban versos
cantados de una forma simple con otros en falsobordone 4 ó 5 voces; como
ejemplo el Miserere a cinco voces del francés Josquin Des Prez compuesto hacia
1503-04. Estos primeros Misereres eran «a cappella», es decir sin música
instrumental, solo vocal, destacando en esta época los de los italianos Carlo
Gesualdo y Giovanni Pierluigi da Palestrina, el del flamenco Orlande de Lassus,
el inglés William Byrd, y el portugués Manuel Cardoso (del que se conservan
varias obras en el Archivo Musical de la catedral de Sevilla); ya en el XVII la
pieza quizá más destacada sea la de Gregorio Allegri, también a cappella (para
dos coros y 4 voces) y que se cantaba durante los matines en el servicio de
Semana Santa en la Capilla Sixtina. Entre el XVII y el XVIII se encuentra el
compositor de Bohemia Jan Dismas Zelenka, y con su Miserere ya comienza la orquestación
de esta pieza, siendo para 4 voces y música de cámara. Durante el siglo XVIII
siguiendo la tradición de Allegri de un Miserere con dos coros, tenemos los de
los italianos Baldassare Galuppi y Nicola Sala; pero en esta centuria
proliferan aquellos compuestos para voces (coros y/o solistas) y orquestras,
como los Miserere de los alemanes Johann Adolph Hasse y Johann Christoph
Friedrich Bach, o los italianos Giovanni Battista Pergolesi y Domenico Gaetano
Maria Donizetti. De los españoles hay que destacar a Pere Rabassa (o Pedro
Rabassa), que fue Maestro de Capilla de la catedral de Sevilla (1724-1767), y
que en 1741 compuso un Miserere a 8 voces, 2 violines y bajo continuo.
Ese es el panorama
internacional antes de la composición de Eslava... pero ¿cuál era el Miserere
que se interpretaba en la Catedral de Sevilla antes de 1835? Por un
Inventario de Musica de la Catedral de Sevilla fechado en 1724, sabemos que
existía el libro «Pasionarium Secundum Quator Evangelistas» (1580) del portugués
Francisco Guerrero, que incluye las pasiones del Domingo, Martes, Miércoles y
Viernes Santo; por lo que podemos suponer que a finales del XVI o en el XVII se
usara. También sabemos que en el año 1611 el maestro sevillano Alonso Lobo
presentó al cabildo un libro para la Semana Santa, que incluía las cuatro
pasiones como el de Guerrero; pero que al parecer este Miserere se cantaba el
Viernes Santo. Y en el XVIII tenemos el anteriormente mencionado Miserere de
Rabassa. No sabemos exactamente cuales composiciones se cantaban con anterioridad
a 1835, pero por los libros en el Archivo de la Catedral podemos hacernos una
idea...
Lo que sí es claro, y en
parte se deba el éxito de la composición de Hilarión de Eslava, es que el
estilo de este Miserere decimonónico es completamente diferente a los
anteriores, ya que sigue más el estilo de las óperas italianas de la época o la
zarzuela española; y quizá de ahí su carácter tremendamente popular entre el
pueblo sevillano, y lo contrariado que estuvo tras su prohibición.
Tras este paréntesis de
explicación del Miserere (pero que es necesario para contar nuestra historia de
la catedral cerrara) volvamos a la solemnidad de las celebraciones
catedralicias.
Estas celebraciones en
la Catedral, y dado su carácter solemne, no deben de ser interrumpidas;
especialmente si lo vemos desde el punto de vista de la mitra, por algo tan
mundano como puede ser una cofradía. Por estas razones, las cofradías tenían
que haber llegado y salido de la catedral antes de que se iniciaran los Oficios.
Durante las Semanas
Santas pasadas (en el primer tercio del Siglo XX), se dio en numerables
ocasiones que las hermandades ̶en miércoles,
jueves o viernes̶ se encontrara con la
catedral cerrada por haber comenzado ya los oficios, o por estar en pleno
Miserere. Las hermandades afectadas siempre eran las últimas de esos días, que
muchas veces llevaban el retraso acumulados por otras hermandades.
Sobre esto hay que
mencionar, que a partir de 1914 la catedral cerraba el Domingo, el Jueves y el
Viernes a las 9,30 de la noche; el Miércoles a las 8,30; y el Viernes de
madrugada a las 5,30. Y que a partir de 1919, el Miserere se retrasó una hora,
comenzando a las 10 de la noche.
MIÉRCOLES SANTO
- En 1909, Los Panaderos, en una jornada marcada por la lluvia, llegan chorreando a la catedral a las 11 de la noche, pero no pudieron entrar al encontrarla cerrada porque se estaba celebrando en su interior el Miserere. Compuestos y empapados tuvieron que ir de regreso a su capilla.
- En 1911, debido a los retrasos de las otras hermandades, las Siete Palabras y La Lanzada tuvieron que salir de la Catedral por la puerta de San Cristóbal en vez la de Palos, al haber empezado ya el Miserere.
- En 1913 y 1914, fueron las Siete Palabras y La Lanzada las se quedan sin entrar en la Catedral (por el Miserere), ya que acumulaban los retrasos de otras cofradías.
- 1917 fue otra jornada de lluvia por lo que ninguna de las cofradías pudieron salir a su hora establecida, saliendo todas a partir de las 9 de la noche. Y ese año NINGUNA pudo entrar en la catedral por estar el Miserere ya comenzado, y llegando a "La punta del diamante", todas regresaron desde allí a sus respectivos templos.
- 1919, La Lanzada se queda sin entrar, otra vez por el Miserere.
- 1920, que fue un año atípico por la celebración del Santo Entierro Magno, y en la que muchas hermandades cambiaron su día de salida para participar en este acontecimiento, no fue una excepción a la hora de dar con las puertas en las narices a una cofradía, y este año fueron las Hermandades de San Bernardo y Montesión las que se quedaron sin entrar en la catedral por el Miserere
- En 1921, La Lanzada se quedó otra vez sin entrar y tuvo que darse la vuelta.
- En 1925, otra vez hubo un episodio con la sufrida Hermandad de La Lanzada, que aunque logró llegar a la Catedral (la cruz de guía) antes de que dieran las nueve (en esa fecha el Miserere comenzaba a las 10), los canónigos de la catedral literalmente le cerraron las puertas en las narices, teniendo que separarse en dos tramos la cofradía, y dar la vuelta por fuera el paso de misterio. Obviamente a los pocos días su Hermana Mayor (D. José Caro Pastor) en "El Liberal" se quejó públicamente del trato recibido por la autoridad eclesiástica, y los esfuerzos que tuvo que hacer la cofradía para llegar a tiempo, ya que las Siete Palabras iban con una hora de retraso.
De este día, la
hermandad que se vio más afectada por los retrasos de otras hermandades y en
consecuencia le dieron más veces con las puertas en las narices, fue la
Hermandad de la Lanzada, que en 17 años (de 1909 a 1925) solo pudo hacer su
estación de penitencia completa en 7 ocasiones, cerrándoles las puertas en
otras 7 ocasiones (se quedó sin salir 3 años).
JUEVES SANTO
- En 1902, la Hermandad de Pasión, a pesar de que retrasó su salida a las 10:00 pm, ya que en años anteriores debido a los retrasos producidos por otras hermandades se quedaba sin entrar en la catedral, se queda sin pisar la catedral por haber comenzado ya en Miserere.
- Diecinueve años después, en 1921, Pasión vuelve a tener problemas con los canónigos, ya que aunque llegó a entrar en la catedral, se tuvo que volver por la puerta de San Miguel porque el Miserere ya había comenzado.
- Dos años después, en 1923, los canónigos que como hemos visto no partían peras con nadie a la hora darles con las puertas en las narices a una hermandad, hizo una excepción ese año y permitió pasar la cofradía de Pasión por el interior mientras se desarrollaba el Miserere; y la razón es que la hermandad, como una excepción a la regla, permitió que ese año el «Infantito» D. Alfonso, hijo del Infante D. Carlos vistiera la túnica nazarena a pesar de no tener la edad reglamentaria; y el ilustre niño iba entre las filas de nazarenos.
- En 1926, como ya no iba el «Infantito» con ellos, los canónigos no dejaron entrar a la hermandad de Pasión en la catedral.
Como vemos, los Jueves,
la única hermandad que se vio afectada por los cierres debidos al Miserere fue
la de Pasión.
MADRUGADA DEL VIERNES SANTO
En 1926, tanto La
Esperanza como Los Gitanos se quedaron sin entrar en la catedral por
el retraso que habían tenido estas hermandades en la calle Sierpes; y en 1935 Los
Gitanos iban con dos horas de retraso y no pudieron entrar en la catedral.
VIERNES SANTO
La hermandad que siempre
estuvo afectada por el cierre de la Catedral fue la Soledad de San Lorenzo,
que siempre acumulaba los retrasos de otras cofradías, se quedó sin poder
acceder a la Catedral en 1905 y 1908. Y en 1912 tuvieron un feo incidente con
el Cabildo Catedralicio, ya que sobre las diez de la noche, estando la Cruz de
Guía y un grupo de nazarenos ya dentro de la catedral, los canónigos no
permitieron que continuara la procesión, a lo que los de San Lorenzo tuvieron
que salirse de la catedral para que la cerraran y volverse a su templo. Cuatro
años después (1916), en una jornada afectada por la lluvia en la que todas las
cofradías tuvieron que retrasar sus salidas, La Soledad de San Lorenzo, La
Carretería y la O se tuvieron que volver sin entrar en la catedral
por encontrarla cerrada.
Como hemos visto, el
Cabildo Catedralicio ha sido muy estricto en lo que a respetar los Oficios se
refiere (a menos que este la realeza de por medio), y no permitió que las
hermandades accedieran al templo mientras se estaban celebrando, cerrando la
catedral a cal y canto. Aunque la mitra no son los únicos que niegan el acceso
a la iglesia de una procesión durante los oficios, ya que en 1974, en un Jueves
Santo marcado por la lluvia, los Negritos se tuvieron que regresar rápidamente
a su templo, ya que al haber empezado los oficios del Jueves, ninguna iglesia
le daba refugio. Aunque sin duda el peor caso de que te den con las puertas en
las narices lo tenemos con la Esperanza de Triana, que de regreso a San
Jacinto en 1910, estando el templo regentado por los Dominicos, se encontraron
las puertas cerradas y no los dejaron entrar en su propio templo, aunque luego
se arregló la cosa y los dejaron entrar... pero el asunto de las hermandades y
las desavenencias con el clero, esa es otra historia...
- Falsobordone: Estilo de recitación musical (utilizados de los siglos XV al XVIII) asociado con la armonización de los salmos, y que aparece en el sur de Europa hacia 1480; utilizándose en el Miserere desde 1514.
© C. R. Worth. 18- II- 2008