¿Una
procesión Dantesca?
Desde que saltó a la palestra
informativa la canonización de Sor Ángela de la Cruz, la polémica ha estado
servida en la ciudad de Sevilla... primeramente porque el acto de canonización
se celebrará por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, en Madrid, concretamente el
4 de mayo; y no en Sevilla como sería más lógico, pues es aquí en la tierra de
María Santísima donde la «madre Angelita» alcanzó la verdadera santidad, dedicando
su vida a los humildes, a los más necesitados.
Tras este primer capítulo de
la polémica, llegó la segunda parte; en la cual se anunció la decisión de S.E.
el Arzobispo fray Carlos Amigo Vallejo de celebrar en la Catedral Hispalense un
triduo en acción de gracias por la canonización de Sor Ángela; comenzando con
una procesión el 8 de mayo en la que se trasladaría el cuerpo de Sor Ángela en
el paso de la Urna de la Hermandad del Santo Entierro, permaneciendo del 9 al
11 en el citado templo, y en el que predicarán distintos obispos sevillanos así
como se celebrarán otros actos religiosos, y tras un pontifical, presidido por
S.E. el Arzobispo fray Carlos Amigo Vallejo, el domingo día 11 el paso de la
Urna de la Hermandad del Santo Entierro con los restos mortales de Santa Ángela
de la Cruz, regresará al convento de las Hermanas de la Cruz.
Parte de esta polémica es por
el regusto sevillano de sacar un pasito a la calle por cualquier motivo, y lo
que en antaño era extraordinario y con júbilo lo recibía la ciudad, ahora pasa
al límite de lo ordinario y la ciudadanía lo toma con el «...ea, otro paso
en la calle» sin pensar en la verdadera trascendencia que el hecho en sí
conlleva y, que sin embargo para muchos son más las inconveniencias de cortes
de tráfico, de su rutina diaria... o por el contrario, simplemente en la muy
cofrade y a la vez desacralizada Sevilla se tome como un espectáculo gratuito,
que raye en lo dantesco y lo macabro.
Y es que Sevilla es muy
barroca... y ser barroco es ser extremista, donde no se conocen las medias
tintas y se pasa del blanco al negro; y como tal hemos visto a más de uno
rasgarse las vestiduras en público ante la próxima procesión con el cadáver de
la santa en el paso de la urna de la Hermandad del Santo Entierro; voces, que
en su inmensa mayoría fueron calladas por el artículo que publicó en ABC Gloria
Gamito, y que hace una excelente recopilación histórica de precedentes en
Sevilla y otros lugares de procesiones con los restos mortales de otros santos.
Yo, como mi buen amigo Francisco Javier Parrado, no pienso que por
existir un precedente signifique que sea una cosa correcta, ni alabable, ni
permisiva; simplemente nos hace ver que en verdad no hay nada nuevo bajo el sol
sevillano.
Más aún en todo esto, la
religiosa ciudad de Sevilla, la Sevilla de las Cofradías, la de los pasos en la
calle, papachín pan pan con su banda incluida, fuera de llevarse las manos a la
cabeza ante el espectáculo de ver un cadáver (por muy santa que sea) paseándose
por las calles de Sevilla, pierden muchas veces el norte de las consecuencias
del verdadero sentido religioso que las acciones conllevan... y me refiero a lo
que son las reliquias y, lo que la Iglesia oficialmente entiende por ello:
- Reliquias de Primera Categoría: El cuerpo o fragmento de un santo o persona beatificada
- Reliquias de Segunda Categoría: Aquellos objetos que fueron usados por el santo, ya sean sus ropajes o instrumentos que fueron utilizados para su martirio.
- Reliquias de Tercera Categoría: Objetos que hayan tocado una reliquia de primera categoría.
Según esta regla oficial, en
el momento que pongan el cuerpo de la Venerada Madre Angelita, Santa Ángela de
la Cruz, la Urna del Paso de la Hermandad de Santo Entierro, será una reliquia
en sí también (aunque sea de tercera categoría); y uno se pregunta si será
tratado con la veneración y respeto que ello conlleva, no solo durante la
procesión sino de ahora en adelante. No es solo cuestión de sacar un pasito a la
calle, sino que esto acarrea más trascendencia en lo religioso y espiritual de
lo que el sevillano medio (con o sin cultura religiosa) pueda entender.
Cierto escritor de temas
sevillanos decía recientemente que rectificar es del que se equivoca hasta la
señalita de la vacuna... no, rectificar es saber estar, tener clase, reconocer
los errores; ...sí, rectificar es de sabio. Y una decisión sabia sería que
nuestro arzobispo diera marcha atrás en la idea de la procesión y celebrara los
actos de agradecimiento, el triduo y la Misa
de Pontifical (lo siento esta en inglés, no lo he encontrado en
español) en el Convento de la Hermanas de la Cruz, lo cual estaría más de
acuerdo con la filosofía y obra de esta santa en vez de pasearse por Sevilla de
forma exhibicionista en una urna cubierta de oro (de acuerdo que los santos hay
que glorificarlos en la tierra como reconocimiento de su obra, pero hay otras
maneras); Señores del arzobispado; para una Misa de Pontifical no se necesita
la Catedral, y como para muestra un botón basta, recuerden la que celebró S.E.
el Arzobispo fray Carlos Amigo Vallejo por motivo del I Centenario de la
Hermandad de San Roque, delante del Paso de Nuestra Señora de
Gracia y Esperanza en un altar que se montó ante la puerta de la parroquia.
Y aprovechando la coyuntura,
si de verdad quiere demostrar que es el arzobispo de todos, que el tema de las
hermanas nazarenas no es una patata caliente que va de mano en mano, que no es
una excusa, sino una verdadera razón de ser; debería de en vez sacar Sor Ángela
de su sepulcro y ponerla en una urna, organizar una procesión con las «Misóginas
Hermandades» de Sevilla en la que se saque en procesión la imagen de Sor Ángela
de la Cruz que recientemente ha tallado la Imaginera Sevillana Lourdes Hernández
para la Parroquia de San Juan Bosco (Salesianos) de Triana, y que será
bendecida el próximo 9 de Febrero. Sr. Arzobispo... no deje que se le vayan las
mejores.
Dejemos los muertos, los
santos donde están (que por cierto, para mover reliquias mayores es necesario
un permiso expreso de la Santa Sede), que en una ciudad con tanta afición por
los pasos, por lo desmesurado, y lo incongruente, podría llegar a proponer
alguien con una florida imaginación, que además de la Urna con los restos
mortales de la Santa, la Hermandad del Santo Entierro sacara el paso de la
canina, pero no con la canina en lo alto representando la alegoría del Triunfo
de la Santa Cruz, sino con unas cuantas de monjas encima representando la
alegoría del Triunfo de las Hermanas de la Cruz.
© C. R. Worth. Cape
Coral, Florida. USA.
2- II- 2003
APOSTILLA: Tras ser publicado mi artículo en
febrero del 2003, una semana después Palacio dio marcha atrás con respecto
asacar el paso de la Urna. ¿Qué tuvo efecto y alguien del arzobispado lo leyó, dándose
cuenta de lo de «reliquias de tercera categoría»? Nunca lo sabré, pero entonces
mi web de «La Gubia y el Tas», donde fue publicado este artículo, era muy leída.