Recompensa celestial: Mas de 70
vírgenes...
Con horror en los últimos tiempos hemos visto en las noticias como
jóvenes palestinos se suicidan explotándose a sí mismos con bombas en atentados
terroristas, o como pilotos «Kamikazies» se estrellan contra edificios… todo en
nombre de una «jihab» o guerra santa (¿santa?), en la que los hijos del Islam
(por no llamarlos hijos de otra cosa) tienen en jaque al mundo occidental.
Y uno se
pregunta que ganan con todo eso… a parte que digan que están financiados por
organizaciones terrorista y que sus familias son altamente recompensados
económicamente; hay esa idea de martirio, un mártir para el mundo musulmán por
su Dios (que es el Dios de Abraham, el mismo Dios de Abraham de judíos y
cristianos… curioso lo que se hace en nombre de la ignorancia). Aquí no me
quiero meter en debates teológicos interreligioso, y respeto las creencias de
cada uno; pero la diferencia fundamental entre Islam y Cristiandad es que el
Islam es una religión que te pide que tu hijo muera por tu Dios; mientras que
la Cristiandad tiene al hijo de tu Dios que muere por ti.
Volviendo
a la recompensa de estos «mártires/suicidas» entre sus creencias están que todo
el que muere martirizado en nombre de Alá tiene una recompensa celestial de 70
vírgenes… (jejeje… después de 70 veces toda una eternidad con 70 señoras no
vírgenes para que lo mangoneen… si con una sola algunos están hasta la
coronilla imagínense 70 y que se pongan todas en contra tuya, eternidad empieza
a parecer un número muy largo). Si uno se pone a reflexionar sobre las
implicaciones de esta «recompensa», lo primero que te choca es pensar que con
el asesinato por muy «nobles» causas que traten de justificarlo, te vayas
derechito al cielo; y lo segundo, es no sorprenderte en absoluto de lo
denigrada que se encuentra la mujer en el mundo islámico si está catalogada
como «premio», como objeto al fin y al cabo, para satisfacción de cierto
individuo; y por ultimo piensas en la inseguridad personal del que se le
ocurrió el invento y esa idea machista del requerimiento de virginidad, pues
alguien que exige algo así en materia sexual tiene que estar muy inseguro de sí
mismo de la calidad de su «actuación», porque así la «virgen» en cuestión no
tiene punto de referencia. Otra cosa... los hombres también son vírgenes....
¡vaya sorpresa que se pueden llevar en el cielo!
Pero
volviendo al tema de las recompensas; que distinto es el punto de vista de un
Cristiano en su recompensa celestial, y más de un Sevillano. Cuando un
Sevillano se va al cielo, lo que espera para la eternidad para colmarlo de
dicha y alegría no son 70 Vírgenes, sino más… allí se encontrará con la
Macarena, con la Esperanza, con la O, con la Estrella, con la Trinidad, con
Villaviciosa, con Rocío, con Angustias, con Alegrías, con Oliva, con
Concepción… y con un largo etc… D. José María de Mena en su «Todas las Vírgenes
de Sevilla» tiene recogidas 306 advocaciones distintas de María con devoción en
Sevilla.
PS: La redacción de
este artículo me vino a la cabeza cuando el fin de semana pasado mi esposo me
preguntó que dónde me había metido (mientras él estaba viendo la tele con los
niños); a lo que le contesté que estaba viendo unos reportajes fotográficos que
mis amigos “webmasters” de páginas sobre Semana Santa me habían mandado sobre
besamanos y procesiones de la aurora de vírgenes… a lo que me dijo: «desde
luego te gusta más una virgen que a un musulmán».
© C. R. Worth.
Calhoun, GA. 6- XII- 2002