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Wednesday, December 13, 2000

Se acabó la Historia Interminable


Se acabó la Historia Interminable

     Como un culebrón mexicano con 930 capítulos cuya historia no se le ve el fin, se podría calificar las recientes elecciones norteamericanas. A esta telenovela la podrían haber titulado «Gore-Bush Circus: Pasen y vean...» donde a los protagonistas después del mas difícil todavía, le pasan de todo.

     Estos 930 capítulos, los mismos votos de diferencia entre los antagonistas de nuestra novela, los hemos ido sufriendo los telespectadores norteamericanos como cuentas de un Rosario de la Aurora, que al fin y al cabo era como parecía que esto iba a terminar.

     Para los que se perdieron los primeros episodios del culebrón les pongo en antecedentes. En Estados Unidos no se vota metiendo una papeleta en el sobre y a la urna, no. Aquí tienes una cartulina en la que no solo se elije al Presidente de la Nación (normalmente un candidato Republicano y uno Demócrata, y algunas veces algún candidato independiente, del partido Leberteriano o los Verdes) sino que ademas elijes a los representantes de tu estado, distrito etc para el congreso y el senado, así como el sheriff local, jueces, y se hace a la vez un referéndum sobre distintos temas de interés como impuestos, leyes etc. Distinto en cada estado o distrito. Lo que se hace es pinchar con un punzón en el recuadro de las distintas candidaturas o leyes en referéndum. Luego, estas cartulinas, las pasan por unas máquinas que las leen como antiguamente las fichas en lenguaje Cobol de las computadoras. Tras cuyo proceso rapidísimo se puede averiguar en una sola noche los votos de una de las naciones más grandes del mundo con una cifra aproximada de cien millones de votantes, imagínese usted, el contar todos esos votos a mano...

     Otra cuestión importante a la hora de hablar de las elecciones de Estados Unidos es que este país es una República, con estados independientes que eligen a sus electores; me explico. Aquí no se suman los votos totales y el que mas tiene es el que gana, tampoco gana el que mas estados ha ganado. Una cosa es el voto popular, y otra el voto electoral. El voto popular es el total de los votos, y ese lo ha ganado Al Gore; pero el voto electoral son los electores de cada estado. Un estado como Georgia, por ejemplo tiene trece electores (estas cifras están relacionadas con el número de habitantes de cada estado) y si George Bush ganó este estado, lo cual significa que los trece votos electorales son republicanos.

     Si miramos el mapa de las elecciones 2000 en USA, vemos que en la mayoría de los estados ganó Bush, pero Gore ganó los estados mas densamente poblados, como California, que tiene cincuenta y cuatro electores, de ahí que las elecciones fueran tan cercanas, y al final los ojos estaban puestos en Florida y sus veinte y cinco electores, pues quien ganara ese estado ganaba las elecciones.

     En la noche de la elección la balanza se estuvo inclinando de uno y otro lado según iban cerrando los colegios electorales por estado, empezando nuestra novela como una buena película de suspense. Al cerrar Florida con una cifra tan próxima se pidió el recuento por parte de los demócratas, y lo que en un principio estaba catalogado de cortometraje, se convirtió en la Historia Interminable, y que gracias a la evaluaciones parciales de la prensa, que encontraron su filón de oro en ratings de audiencia, calentando a miles de fanes a favor o en contra de uno u otro protagonista -- aunque se le veía el plumero alentando al perdedor, disfrazándolo con «vellocino de oro» mientras debajo daba zarpazos a diestro y siniestro para ganar como fuera--.

     ...Y esa es otra, pero no entraremos en debates, porque este artículo sí que sería la historia interminable; pero pongamos a modo de destellos algunos acontecimientos: 
1-  Gore: hay que contar todos los votos --pero no los de los residentes en el extranjero, porque en su mayoría son militares y esos votan a Bush-- (una acotación personal: para los liberales demócratas, las fuerzas armadas norteamericanas son imprescindibles para terciar en conflictos extranjeros mediando de gendarme y poner paz, derramando sangre americana en asuntos ajenos, o llevar pizzas a naciones hambrientas; pero a la hora de votar son ciudadanos de segunda de los que no se les puede contar el voto). 
2- Al candidato para vicepresidente republicano, Chaney, de tanto stress le da un jamacuco. 
3- Se apela al tribunal supremo de Florida (cuyos jueces todos son demócratas) y dicen que sigan recontando los votos --eso si, claro que solo en los condados donde son mayoritariamente demócratas y se pueden esperar más votos a favor de Gore--. 
4- Los procedimientos son tan caóticos que en cada sitio los recuentan de una manera, cambiando el procedimiento de hacerlo en medio cuando parecía que la victoria era para Bush. 
5- Los plazos se van terminando y aquí no hay resultados. 
6- Finalmente con lo que hay,  Bush ganado por 537 con la fecha extendida, se le da por ganador. 
7- No contentos apelan al Tribunal Supremo de Estados Unidos, y aquí se acaba la novela, Bush el es nuevo presidente de los Estados Unidos. Si quiere saber más, puede ver esta cronología de los hechos.

     Como balanza de todo esto tenemos uno de los casos más curiosos para la Historia, unas elecciones que dividieron totalmente al país, y que en cierto modo sigue dividido, donde ha crecido el odio de unos a otros, con debates acalorados en radio y televisión, con manifestantes insultándose unos a otros, familias divididas por ideologías, etc. Con los echos acaecidos y si esto hubiera ocurrido en otros tiempos con ciudadanos con más hígados habría acabado en una revolución, pero hoy en día las batallas se tercian en los tribunales. Por otro lado tenemos a un candidato que no se resistía a perder, y que como el bicho de Alien, reaparecía una y otra vez y nunca moría (figurativamente). Pero que al final, y ante las leyes, ha concedido con mucha dignidad.
     Pero en el corazón de los americanos estas elecciones no acabaron ayer doce de Diciembre, pues republicanos tacharan a demócratas de malos perdedores, y demócratas dirán que el verdadero ganador fue Gore. ...Y plagiando a nuestro universal Machado podríamos concluirlo como:

Americanito que vienes
al mundo te guarde Dios,
una de las dos Américas
ha de velarte el corazón.


©  C. R. Worth.  Calhoun, GA. 13- XII- 2000

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